LO QUE TENÉS QUE SABER SI ESTÁS EMBARAZADA
Estás embarazada, felicitaciones!!!
Tenés una GRAN responsabilidad. Además de cuidarte durante
el embarazo es importante llegar preparada e informada al momento del parto. La
selección de los profesionales que te acompañarán durante el nacimiento es
crucial. La forma en que llegará tu bebé al mundo no da lo mismo y la encargada
de que el nacimiento se de en las mejores condiciones posibles, sos vos.
Depende la situación, estamos acostumbrados a ir al médico
de determinada especialidad, plantear nuestra consulta y hacer lo que el médico
dice. Porque es el médico, porque él sabe, porque estudió para eso. Y no
estamos acostumbrados a cuestionar y salvo casos de vida o muerte casi no
pedimos segundas opiniones.
Hasta hace solo 100 años todos los partos ocurrían en las
casas, entre mujeres. Los partos no eran incumbencia de los médicos. Cuando el
hombre comienza a meterse en el campo de la obstetricia y se institucionalizan
los partos, estos comienzan a considerarse casi una patología y el parto
comienza a intervenirse médicamente con muchas consecuencias que irónicamente
van en contra de la salud, tanto de la madre como la del bebé. Es cierto de que
había más muertes de bebés o embarazadas. Esas muertes provenían de ese 10% de
casos en los que la OMS (Organización Mundial de la Salud) establece que la
cesárea es necesaria. También sucedían muertes por razones de higiene (porque
aún no había agua corriente, por ejemplo).
El actual sistema de salud propone un trato despersonalizado, un acompañamiento invasivo del equipo médico, que
muchas veces apura los tiempos del trabajo de parto y el exceso de
intervenciones por cesárea. Hoy en día en la mayoría de las
instituciones públicas en Argentina un 50% de los bebés nacen por cesárea y en
las instituciones privadas ese porcentaje llega al 80% o más en la mayoría de
los casos.
Existe una nueva corriente para los nacimientos que nace en
1950 llamada parto humanizado. El parto y el nacimiento
humanizado se fundamentan en la valoración del mundo afectivo-emocional de las
personas, la consideración de los deseos y necesidades de sus protagonistas:
madre y recién nacido, y la libertad de las mujeres o de las parejas para tomar
decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir, en uno de los momentos más importantes
de su historia.
Lo opuesto es el proceso
de medicalización habitual en el que el destino de la mujer y su hijo está
sujeto a procedimientos de intervención rutinarios que no consideran las
diferencias y especificidades individuales, transformando en violentas
actitudes asistenciales.
¿QUÉ SIGNIFICA PARTO HUMANIZADO?
- Reconocer como verdaderos protagonistas
a la madre y al bebé.
- No intervenir o interferir
rutinariamente en este proceso natural, no habiendo una situación de
riesgo evidente.
- Reconocer y respetar las necesidades
individuales de cada mujer/pareja y el modo en que desean transcurrir esta
experiencia (en una institución o en su domicilio).
- Respetar la intimidad del entorno
durante el parto y el nacimiento.
- Favorecer la libertad de posición y
movimiento de la mujer durante todo el trabajo de parto (parto en
cuclillas, en el agua, semisentada, o como desee).
- Promover el vínculo personalizado entre
la pareja y el equipo de asistencia profesional.
- Respetar la necesidad de elección de la
mujer de las personas que la acompañarán en el parto (familia, amigos).
- Cuidar el vínculo inmediato de la madre
con el recién nacido, evitando someter al niño a cualquier maniobra de
resucitación o exámenes innecesarios.
Cuando me quedé embarazada y empecé a leer acera del tema lo
que más me alarmó fue enterarme de que en la Argentina el 80 % (o más) de los
nacimientos en instituciones privadas son por cesárea y solo el 20 por ciento,
por parto. En los hospitales públicos los porcentajes son 50 y 50. Un gran
porcentaje de obstetras, aunque no lo dicen en ninguna consulta pero las
estadísticas hablan por sí solas, prefieren la cesárea porque es más rápida y
de ser programada, mejor todavía ya que no los va a interrumpir mientras estén
haciendo otra actividad. Cualquier excusa es buena para hacer una cesárea y
muchas veces es provocada por el intervencionismo médico.
Una de las formas más habituales en que te provocan la
cesárea es por el goteo con oxitocina. Por lo general las madres llegan al
sanatorio con poca dilatación. Al ponerte la oxitocina para “ayudarte a
dilatar” te provocan contracciones fuertísimas que por lo general no van acompañadas de la
dilatación y al rato el bebé se ve muy alterado por esas fuertes contracciones provocadas
artificialmente y te dicen que el bebé tiene riesgo cardíaco y que lo tienen que sacar por cesárea. Si te
hubieran esperado a que dilataras naturalmente esa cesárea hubiera sido
totalmente evitable.
Para los sanatorios no es rentable esperar las horas que sea
necesario para que llegue naturalmente el momento de parir, y el médico también
prefiere hacerlo rápido y seguir con su vida. Se sabe de muchos casos en el que
el médico habla de una urgencia en la cesárea por algún motivo que la madre no
termina de entender y después se descubre que al día siguiente se iba de
vacaciones.
A partir de 1950 el obstetra francés Michel Odent comenzó a
hablar de parto humanizado. El parto humanizado se fundamenta en la valoración
del mundo afectivo y emocional de la madre y del hijo y prioriza sus
necesidades. Lo opuesto
es el proceso de medicalización habitual en el que el destino de la mujer y su
hijo está sujeto a procedimientos de intervención rutinarios que no consideran
las diferencias y especificidades individuales, muchas veces transformándolo en algo violento.
Protocolo habitual
en los partos:
- Internación intempestiva (sin que exista
un franco trabajo de parto)
- Rasurado vulvar y enema evacuante.
- Inducción de las contracciones por
medios farmacológicos. (Intravaginal con prostaglandina, suelen hacerlo
durante un tacto sin avisar ya que no es visible, o por goteo intravenoso
con oxitocina artificial)
- Limitación de la movilidad de la mujer
al mantenerla acostada.
- Conducción farmacológica de las
contracciones con un goteo intravenoso de oxitocina (refuerza la
inmovilidad)
- Auscultación (monitoreo) electrónico
permanente de los latidos cardíacos del niño por nacer (refuerza más la
inmovilidad).
- Anestesia peridural de rutina.
- Período expulsivo en sala de partos,
acostada y con las piernas elevadas y sujetas en estribos (lo que se
denomina posición de litotomía, muchas veces atadas con sogas)
- Corte sistemático del periné
(episiotomía) para el nacimiento.
- Inmediata ligadura del cordón umbilical.
- Inmediata separación del recién nacido
de la vista y el contacto con la madre.
- Realización sistemática de
procedimientos y maniobras sobre el recién nacido sin evaluación de su
estricta necesidad.
EN EL PARTO
HUMANIZADO
-
El obstetra “espera” a que se desencadene el
parto naturalmente hasta la semana 42 y medio de embarazo. (Si se trata de un embarazo
sin complicaciones y el monitoreo da ok). Es muy común que muchos obstetras, si
para la semana 40 no se produjo el nacimiento que hagan un tacto, te digan
que está todo muy verde y te programen
una cesárea porque ya estás “pasada”. De
ninguna manera se justifica programar una cesárea para la semana 40. Hay que
darle el tiempo necesario al bebé que debe nacer cuando él decida porque no hay
nadie que sepa mejor cuándo el mejor momento para nacer que él. Por otro lado
los médicos también se equivocan en el conteo de las semanas. Muchas veces en
los tactos rompen la bolsa de líquido amniótico para apurar el
desencadenamiento del parto, muchas veces esta maniobra (que es dolorosísima)
termina causando una cesárea porque el bebé no baja (ya que no era el momento
que el bebé quería nacer).
-
El obstetra propicia la libertad en elegir la
postura para parir. Hay varias posturas para parir y es importantísimo que
tengamos libertad de movimiento y que
podamos elegir la mejor en cada momento del preparto y del parto. El parto en
posición acostada (posición a la que nos obligan en la mayoría de las
instituciones) cierra en un 30% el canal de parto y por lo tanto hay menos
espacio para que el bebé salga. No permitas que te pongan las piernas para
arriba, dificulta el puje y restringe la apertura. Por otro lado, el nacimiento
en esta posición muchas veces causa desgarros o que el médico realice una
episiotomía. Cuando el parto se produce
en cuclillas o sentada, o en 4 patas es muy raro que se produzca un desgarro ni
que sea necesaria la episiotomía.
-
El obstetra no realiza controles con tactos.
Muchas veces con rompimiento de membrana ya que esto acelera el proceso pero
artificialmente. (No dejes que te hagan ningún tacto, en un embarazo normal,
sin complicaciones, no son necesarios y están desaconsejados por la
Organización Mundial de la Salud.)
-
El obstetra realiza episiotomía solo en caso de
ser necesario y no por rutina. Muchas veces los médicos hacen cortes enormes
que duelen y tardan muchísimo en cicatrizar. Cuando no se realiza episiotomía si el parto
tuvo lugar en una posición escogida por la parturienta, seguramente no se
produzcan desgarros, tal vez un estiramiento de la piel que solo requiera una
sutura de uno o dos puntos.
-
No se da oxitocina por protocolo, es opcional
según las necesidades del caso. Es común que la embarazada sea ingresada al
sanatorio al comienzo de su pre parto, casi no tiene dilatación y lo que hacen
las enfermeras es administrarle por vía endovenosa oxitocina. Esta intervención suele ser causal
de cesárea injustificada ya que las contracciones causadas por la oxitocina
artificial son mucho más fuertes que las naturales y luego de unas horas tanto
el bebé como la madre quedan extenuados, muchas veces producen sufrimiento
fetal y se hace inminente el nacimiento por cesárea. Lo ideal es llegar al
sanatorio con dilatación y no permitir que te pongan oxitocina.
-
La peridural se plantea como algo opcional. Aliviará el dolor pero no deja de ser
anestesia y no es algo inocuo. Es sabido que también afecta al bebé. Si no te han
administrado la oxitocina artificial el dolor del parto es soportable sin
peridural.
-
Cuando el bebé nace, el obstetra espera tres
minutos antes de cortar el cordón umbilical (la mayoría de los médicos lo
cortan de inmediato). Según recientes estudios científicos, en esos minutos el
cordón transmite al recién nacido muchos anticuerpos y reservas de hierro en
sangre desde la placenta que es beneficioso para la salud y previene la anemia.
No obstante, lo ideal es que se espere a que salga la placenta para cortar el
cordón. En ese tiempo los beneficios para el bebé son muchísimo mayores.
-
En el momento del nacimiento, al bebé se le
administra por vía oral en vez de por inyección la vitamina k y no se aplica la
vacuna de hepatitis b. Nacer ya es una experiencia suficientemente difícil como para que además reciba
inyecciones . Si la madre no tiene hepatitis B no hay ninguna necesidad de
colocar esta inyección al momento de nacer. (La hepatitis B se contagia por transmisión
sexual o transfusión de sangre, eso no ocurrirá seguramente en su primer día de
vida en un bebé sano.)
-
No se baña al bebé ni le ponen jabón. Además de
ser invasivo, al bañarlo le sacan una capa de protección con la que nace y que
le da anticuerpos.
Otro punto importante del parto humanizado es que favorece
el vínculo inmediato entre madre e hijo que es importantísimo. El obstetra
coloca al recién nacido en contacto piel a piel con su madre durante al menos
dos horas. Por desgracia, ninguna institución en nuestro país aún lo permite.
Es más importante saber cuánto pesa y cuánto mide apenas nace, no pueden
esperar ni quince minutos para hacerlo. En países europeos esperan dos horas,
en Chile una, acá me tuve que pelear con la enfermera para que me lo dejara 5
minutos.
Las cesáreas solo deben realizarse cuando son realmente
necesarias ya que son más peligrosas y riesgosas de lo que los médicos dicen, por
otro lado limitan la cantidad de hijos que una madre puede tener.
LAS
CESÁREAS
-
Implican una cirugía importante con todos los
riesgos, dolores post operacionales y complicaciones que eso implica, justo
cuando más necesitás estar bien y sentirte bien para atender y disfrutar de tu
bebé.
-
Aumenta el riesgo de hemorragia e infección.
-
Le hacen una herida a tu útero que puede causar
posterior dolor y complicaciones en años posteriores.
-
Te coarta la posibilidad de tener muchos hijos o
a veces, hasta un segundo hijo.
-
Aumenta las chances de que tu bebé sufra de
asma.
-
Retrasa la producción de leche y en muchas
mujeres con cesárea hasta les dificulta mucho el amamantamiento.
-
Aumenta las posibilidades de que la madre sufra
la llamada “depresión post parto” porque
en su cuerpo no están presentes las hormonas del parto que contribuyen a
la estabilidad emocional y, en ocasiones, con el vínculo con el recién nacido.
NACIÓ EL BEBÉ
Estas son palabras de un pediatra: “Con tu pareja decidieron
traer a este bebé al mundo, satisfacer
sus necesidades debe ser tu prioridad hoy. Tenés que estar pendiente a todo lo
que necesite para poder proporcionárselo.
Tus necesidades van después. La que satisface al recién nacido sos vos,
tu marido debe estar ahí de apoyo”. Ahí
creo que hice el clic. A partir del nacimiento de mi bebé mi disponibilidad
debe ser absoluta, más en los primeros meses. A partir de que decides ser mamá
tu vida cambia. Debemos aceptarlo con responsabilidad y alegría. Es la clave
para criar niños felices y contenidos.
Los primeros meses la mamá debe estar para su bebé todo el
tiempo, esos meses son de entrega absoluta. Es importantísimo para el bebé el
contacto piel a piel con su mamá, estar en su pecho, escuchar su voz, sentir su
olor, las 24 horas del día. El bebé viene de 9 meses de abrazo
permanente, de calor permanente, de alimento permanente, de movimiento
permanente, de escuchar tu voz y sentirte permanentemente. De repente sale al
mundo y no comprende qué sucede. Sin contar que unas manos extrañas lo sacan de
ese mundo perfecto, lo estiran, lo lavan, lo pesan, le dan inyecciones. Dicen
que el nacimiento nos provoca un gran trauma. El bebé lo único que desea es
estar con su mamá a la que reconoce por instinto, es el único lugar donde se siente a salvo.
Vos sos la única persona con la que el bebé se siente
contenido, (hasta los dos años no se identifica como persona independiente de
vos). La única forma que el bebé tiene de comunicarse, de hacerse entender que
hay algo con lo que no está a gusto es con el llanto. Si llora es que algo está
pidiendo, puede ser que tenga frío, calor, que tenga sucio el pañal, pero lo
más probable es que tenga hambre y que quiera estar en brazos de su mamá. El
bebé tiene el estómago muy chiquito, se llena rápido pero también tarda poco
tiempo en volver a tener hambre. Nunca hay que regirse por el reloj, ni contar
las tomas ni sistematizarlas. Si el bebé llora, quiere estar conmigo, le
ofrezco mi pecho. El pecho es mucho más que alimento, es donde se consuelan
todas sus inseguridades, donde se siente seguro, satisfaciendo su instinto de
succión.
Muchos pediatras suelen decir que no hay que tomarlos mucho
en brazos porque se acostumbran, hacer caso a este horrible consejo es
violencia. El niño tiene una necesidad básica y biológica de estar en tus
brazos, no se lo podés negar. A la noche dormirá mucho mejor toda la familia si
está en tus brazos. Si no te alcoholizaste ni te drogaste no tengas miedo de
aplastarlo. Los primeros meses puede dormir encima tuyo, te acomodás bien con
almohadones en los costados que te sostengan cómodamente los brazos y actúen de
barrera también. Luego, cuando crezca un poquito puede dormir a tu lado, en el
medio de la cama. Tu pareja también se acostumbrará, al principio hasta que se
de cuenta de que no lo va a aplastar pueden poner una almohada entre tu bebé y
tu marido. Con esta manera de dormir, no
habrá noche que no duerman bien. El bebé llora, le pones el pecho en la boca y
siguen todos durmiendo felices. El bebé al estar cerquita tuyo sincroniza su
sueño con el tuyo y duerme en paz. Sin vacío emocional, sin despertarse
aterrorizado. Luego será un niño sostenido y feliz porque tuvo su base segura
desde que nació.
Las necesidades de uno, también son las del otro
En primer
lugar es importante que sepamos que durante muchos meses luego del nacimiento,
mamá y bebé comparten el mismo campo emocional, por lo que las necesidades de
uno también son las del otro. Durante el crecimiento intrauterino el bebé
obtenía aquello que necesitaba de manera inmediata: oxígeno, alimento, contacto
y movimiento.
Luego del
periodo de gestación, cuando el bebé se encuentra en condiciones de abrirse
camino por el canal de parto, se produce la separación física del cuerpo de la
madre. El cambio es evidente, sin embargo, ambos siguen conectados como si
hubiera entre ellos una especie de fusión, de vínculo preexistente al
nacimiento del niño.
Durante las
dos primeras horas de vida, nuestro hijo estará en un estado de alerta máxima
que no volverá a repetirse hasta muchos meses más tarde. En ese momento es
importantísimo que lo estrechemos en nuestros brazos, lo miremos fijamente a
los ojos, y le hablemos suavemente mientras lo acunamos, ya que el bebé está en
condiciones de reconocer la voz, el movimiento y el olor de su madre, entre
otros muchos.
¿Cuáles son las necesidades básicas a satisfacer en un recién nacido?
Contacto permanente: Necesita estar
en los brazos de su madre, sostenido, acurrucado, como si se encontrara en el
vientre materno ya que esa es la sensación que necesita reproducir. El bebé
nace en un estado de indefensión e inmadurez tal que no tiene ninguna autonomía
sobre su cuerpo. En condiciones normales, la mamá que acaba de dar a luz
debería poner a su bebé en el pecho, abrazarlo y permitirle que suavemente se
prenda al mismo, piel a piel, en un intento de reconocerse mutuamente y
vincularse amorosamente con esa madre nutricia.
Alimentación permanente: Al
igual que en el útero la necesidad de alimentación es casi permanente o
continua. El bebé necesita succionar el pecho materno, vincularse con el,
conocer de dónde viene el alimento que lo calma. La succión lo retorna a lo ya
conocido en el vientre materno y lo calma de la tensión. El pecho debe estar
disponible en todo momento, sin restricciones de horarios para que la lactancia
pueda establecerse de manera exclusiva y prolongada.
Comunicación y mirada permanente: El bebé se constituye en un ser humano en la medida que es mirado por un
otro, que es hablado por un otro, en la medida que ese otro lo nombra y lo
llama por su nombre, que responde a su llanto inmediatamente, que lo colma
entre abrazos y canciones, y que lo acuna amorosamente. Y ese otro primordial
es su madre. Los niños van armando las relaciones con el mundo exterior de la
mano de su madre.
Para resumir,
ambos, mamá y bebé, necesitan las mismas cosas durante el periodo posterior al
parto: ser amados, nutridos y abrazados de manera permanente. Se trata entonces
de ofrecer el cuerpo por completo, pechos, brazos, vientre para recibir a
cambio un hijo feliz, sonriente, nutrido de amor y de abrazos.
La Lactancia
Pese a que hoy en día muchos pediatras en la primera
consulta te dicen que no serás una mala madre si no podés dar de amamantar
debemos saber que no hay mejor alimento para tu hijo que tu leche y poder
succionar de tu pecho y que lo debes intentar por todos los medios. Por otro
lado, la teta es muchísimo más que alimento.
Hay estudios que explican lo importantísimo que es que no
bien nazca el bebé lo pongamos en el pecho el mayor tiempo posible, nuestro
pecho será su alimento y su confort, estar cerca del corazón lo calma y le da
seguridad frente a un mundo totalmente desconocido, vos sos lo único afuera que
él reconoce. Cuanto más esté en el pecho mejor. La mamá y el bebé necesitan
intimidad, el bebé necesita paz para adecuarse a este nuevo mundo. Se deben
tratar de reducir al máximo las visitas.
No es cierto que haya madres que no produzcan leche, todas
las madres producimos leche. El único secreto es poner a tu bebé en tu pecho,
todo el tiempo. Es importantísimo que desde el minuto cero que nace el bebé sea
puesto en el pecho de su madre. La succión es un instinto que lo conforta y lo
hace sentir a salvo. Primero el calostro y luego la leche va a bajar. No nos
dejemos engañar por los médicos que nos dicen que a un porcentaje de las madres
no les baja la leche.
Tenemos que ser conscientes de que además de que la leche de
formula es química, es de vaca, está destinada a los terneros, que tienen otro
peso y otro cerebro diferente al de los bebés. Cada vez hay más bebés con
alergias a la leche, al igual que los celíacos, esto no es una enfermedad, son
organismos más inteligentes que rechazan ferozmente lo que les hace mal, los
productos que los seres humanos no deberíamos consumir, especialmente en las
medidas en que lo hacemos.
El pecho es la solución para todos los problemas del bebé,
el bebé no solo se alimenta, allí se calman todas sus molestias, se sacian sus
necesidades, se siente seguro y a gusto. Cuando el bebé llora desarrolla una
hormono llamada cortisona que inhibe el desarrollo de otras hormonas que
promueven el desarrollo mejor físico y emocional del bebé.
Debemos aprender a cuestionar, no porque lo diga un médico
es como él dice. Ahora con Internet hay miles de fuentes de información
disponibles, hay que investigar y cuestionar, más cuando lo que propone el
médico va contra nuestros instintos maternos naturales.
Blanca Tobías
PUERPERIO
¿Quién soy cuando nace mi bebé?
¿Quién
es esa mujer que nace con el nacimiento de su hijo?
Cuantas
veces he escuchado en el proceso de acompañamiento a madres en período de
puerperio: “no sé dónde estoy ni quién soy”; “quiero volver a ser quien yo era
antes de tener mi bebé”; “no quiero ser así para siempre”; “¿cuándo volveré a
la normalidad”?
Además
de poder cuestionar siempre si volveremos a ser lo que fuimos ayer, y
cuestionar qué es la normalidad? Podemos preguntarnos: ¿Qué es pues lo que
surge en esa circunstancia? ¿Por qué tanta sensibilidad e intensidad?
Lo
que surge, aquello que se abre paso, son los movimientos en la fisiología y en
la vida psíquica y mental de la madre para favorecer el maternaje. Asegurando y
garantizando así la continuidad de la especie. Ese período se llama puerperio y
dura hasta 2 años.
Ahora
bien, muchas veces lo que también se abre es nuestra propia historia de
dolor y miedo, que ha estado guardada durante años, o apenas saliendo en
pequeñas dosis a través de algunos síntomas. Esa apertura puede ser la
fuente de miedos y sensaciones de angustia, de despersonalización, de
hipersensibilidad, de depresión, pánico. etc.
Lo
que aparece después del parto nos puede acercar más al bebé para así poder
maternarlo (y esa es la idea de la biología). O al contrario nos puede alejar
del bebé, ya que puede ser tan dolorosa la emoción en ese momento que la madre
necesitará de cierta distancia para sobrellevarla. O no sentirla tan
intensamente.
Esa
mujer que nace es más sensible: huele, escucha más, ve y siente más. Y todo eso
para cuidar a su bebé. Pero ocurre que no solamente siente al bebé, también se
siente a sí misma con una mayor intensidad.
En
ese período de puerperio -Laura Gutman lo menciona- ocurre un encuentro con la
propia sombra; aquella parte poco iluminada que no reconocemos en general
porque tenemos un sistema de defensas que mantiene la sombra invisible.
No
todos los embarazos tienen la fuerza de traer a la superficie nuestra sombra
más guardada, pero todos dan la posibilidad de dejarnos más sensibles para
desempeñar el nuevo rol que llega a nuestras vidas.
La
sombra de cada mujer tiene relación con lo difícil de su historia. Guarda
relación con sus propias frustraciones libidinales, de cuando no pudo
satisfacer sus necesidades de amor. Y tuvo que aprender a adaptarse para no
entrar en contacto con lo que provocaba dolor en su propia historia.
Muchas
mujeres al sentir la fuerza de su sombra “prefieren” no entrar en contacto con
ella y salir prontamente del período del puerperio. Pero hay otras que aunque
quisieran no tener ese encuentro, no pueden evitarlo. Otras tienen sombras más
o menos conocidas, que cuando aparecen las observan, las cuidan y esperan que se
vayan.
Cada
vez encuentro más madres dispuestas a sanar algo suyo que se abre con el
nacimiento de su hijo o hija. Acostumbro decir que estas son mujeres valientes,
que deciden bancarse y rever su propia historia para criar a su hijo con más
conexión, mas posibilidades de contacto. Y esto sucede aunque muchas veces se
pierda a sí misma durante un tiempo, pierda a la mujer que era antes de parir.
Para ir al encuentro de una nueva mujer que todavía no sabe cómo será. Está en
el camino, en el puerperio.
Estas
mamás de hoy son hijas de mujeres que tuvieron que salir a trabajar, que
medicalizaron sus partos, que dieron el biberón, cortando la lactancia muy
tempranamente, llevando a sus niños a guarderías a veces con muy pocos días de
nacidos. Son hijas de una generación poco maternada.
Actualmente
muchas de esas mujeres van despertando para poder maternar, y al hacerlo se
conectan con su propia historia de desamparo. Y eso duele mucho.
Por
eso considero importante una preparación previa. Conocer y liberar la respuesta
crónica de nuestro organismo, reconocer nuestras capacidades y dificultades.
Pero la mayor parte de las veces no es posible hacer un trabajo de prevención y
preparación que pueda dar más herramientas de autoconocimiento para atravesar
el parto y puerperio. Y en otras situaciones aun con preparación, terapia
previa, lo que se abre es fuerte y tiene la potencia de lo desconocido.
Entonces
no queda otra que ir resolviendo, cuidando de lo que se abre en ella, mientras
tiene a su bebé en brazos. Y por eso lo mejor es tener a alguien (pareja,
familia, red social) que pueda amparar y ayudar a sostener la situación hasta
que esa mujer vuelva a salir de las aguas profundas del puerperio. También es
de mucha ayuda encontrar otras mujeres, crear redes de apoyo, escuchar otras
historias y no sentirse como alguien raro, defectuoso o insano.
No
siempre las parejas, los amigos, el trabajo entienden la situación y quieren
sostener ese tiempo de puerperio que permite sanar a la madre, y que ella pueda
sostener y satisfacer a su bebé. Y a veces lo que se abre en ese período
necesita de mucho tiempo para volver a encontrar un lugar tranquilo.
En
una sociedad profundamente herida, con muchas generaciones de bebés poco
maternados, ya no se reconoce la importancia de ese momento. El deseo materno
de cuidar a su bebé es algo que incomoda. Pero cada madre que pasa por un
parto, que desarrolla la capacidad de maternar es la potencia viva de una nueva
humanidad; más cuidada, más satisfecha. Por eso todos tendríamos que proteger y
esperar a una mujer en su puerperio. Es una tarea social.
No
hay nada raro. Lo que pasa es coherente con la historia que ha tenido cada
mujer. Aquellas que aparecen después del nacimiento de su bebé son ellas
mismas, pero “en otro momento”. Y las mujeres que van a surgir después del
puerperio también son ellas mismas. Varias versiones de la misma mujer, varias
formas de resolver cómo vivir el puerperio y la maternidad.
No
hay respuesta correcta e infalible para ser y estar como madre. Lo que hay es
la posibilidad de volver a conectarse con uno mismo para así conectar con su
bebé, y con la posibilidad de crecer con sus hijos, sintiendo, abriendo,
sanando, maternando.
Munich
Santana